Hombu Dojo · Central
Luis Pasteur 1953 B° Ameghino Sur · Córdoba
Se dice en el Zen que el Dojo fue el lugar donde Buda logró su Satori, es decir su Iluminación. Y bien entonces, cualquier lugar donde el hombre pueda perfeccionarse y elevarse espiritual, moral y físicamente puede llamarse Dojo.
En el Karate-Do, llamamos Dojo al recinto donde se practican y ejercitan las técnicas de este Arte Marcial. Dado su origen, el Dojo es sagrado y se le debe respetar como tal. Es el lugar más puro y hermoso para un karateca verdadero. Es el lugar donde a través del esfuerzo físico, sudor, calor y frío nos purificamos y fortalecemos exterior e interiormente, para hacer más armoniosas las relaciones con los demás.
Siendo así, el Dojo debe estar desprovisto de todo aditamento, ornamento, signo religioso, político o sectario. En otras palabras, debe ser un recinto árido pero apacible, pulcro pero no brillante, ascético y austero pero no pobre, cerrado y no clausurado, sino abierto a todas las personas de bien, sin distinción de edad, cultura, credo, ni capacidad. Sólo debe reinar la buena fé y el sentido común para acercarnos a nuestros objetivos.